Reflexion

Lectores y lectoras se que los tengo muy abandonados, pero pues a veces hay que darse su tiempecito para pensar, descansar y sobre todo para recuperarse de las practicas que no estuvieron para nada flojas, al contrario, estuvieron llenas de trabajo, emoción, aprendizaje y retroalimentación que es de lo que se trata la geología, de estar despiertos y atentos a nuestro alrededor y recordar pensar en tus clases de mineralogía, pero bueno, pasando a cosas más alegres, les cuento que aquí en mi ciudad (no sé por qué pongo esto si mis lectores son locales) estamos a temperaturas bastante altas del orden de los 35°C. Pero con sensación de 42°C. Y ese también es motivo para descansar, si, son pretextos y que… me vale.

Después de esta pequeño paréntesis pasamos a lo bueno, al mensaje que les quiero compartir. Resulta que anoche tuve un sueño bastante largo, muy realista, y que en partes me asusto, sobre todo porque trató de un tema que me acongoja hoy en día (mas bien desde hace varios meses, leer Replica)

Supongamos que estamos tu y yo en una habitación (si, ahora mi blog como mis sueños son interactivos) estamos hablando tranquilamente y llega otro sujeto corriendo y con su voz agitada nos dice -“vengan rápido, (introducir nombre) está muy grave se accidento!!- ¿qué es lo primero que te pasaría por la mente? – no mames cabron! ¿Cómo? ¿Dónde? ¿Con quién? – pues si, lo mismo dije en mi sueño, después de un rápido viaje atreves de una ciudad desconocida llegamos a una habitación un poco mas iluminada que la primera; suponiendo que este ya era un hospital, buscamos a un doctor para preguntar sobre el estado de esta persona, para nuestra suerte y fortuna de la victima todo estaba perfectamente bien, solo algunos golpes y rasguños, pasamos a su habitación para ver que si podíamos hablar con esta persona, pero estaba durmiendo debido a los medicamentos y otras cuantas madres que seguramente saque de películas.

¡Conclusión! ¡Cierra bien la puerta para que la gente no llegue a darte malas noticias! No, ya en serio. No esperemos hasta el último momento, o cuando las cosas van mal, para decirle a esas personas lo que de verdad sientes, a esto me refiero a que si tuviste una pelea, un mal entendido o simplemente un intercambio de palabras altisonantes, no esperes a que otra cosa suceda y trágate tu orgullo (ni pedo mi compa) y pide una disculpa o platica las cosas, te aseguro que podrán llegar a un buen trato.

Tal vez no fue tan largo como pensé, pero mínimo espero dejar más o menos claro el mensaje.

Por el momento es todo, había comentado que la semana pasada colgaría un blog, pero por cuestiones del destino no lo hice.